LA HISTORIA DE YAMILÉ Y CHINO

Historia de ficción basada en hechos reales sobre proceso de aborto en clandestinidad de Yamilé y Chino

Diseño de portada: Dania Chávez

Guión: Ronnie Farfán

Producción: Cynthia Nunez-Curto, Aron Nunez-Curto y Johuseline Porcel

Actúan: Magali Bolívar, Ronie Cuso, Sylvia Majo y Carolay Rodríguez

Lo que viven Yamilé y Chino es muestra de las graves consecuencias de la ausencia de la educación sexual en las escuelas y la criminalización del acceso a métodos anticonceptivos. Ambos jóvenes viven una situación que expone a Yamilé al riesgo de morir en un consultorio clandestino en contexto de  pandemia.

La penalización y criminalización del aborto no impide su práctica, pero sí obliga, a las personas más vulnerables a recurrir a la clandestinidad y mafias que lucran de su desesperación. Una encuesta del Instituto de Opinión Pública – IOP PUCP (2018) reveló que el 81% de mujeres y personas con posibilidad de gestar son de los estratos más humildes y el 47% se sometieron a intervenciones quirúrgicas, no obstante, casi la mitad de ellas necesitó ser hospitalizada luego de la intervención.

Durante el Estado de Emergencia en Perú a causa del Covid-19, los servicios de planificación familiar fueron puestos en pausa, lo cual complicó el acceso a métodos anticonceptivos y consultas médicas. En ese marco, las llamadas a la Línea de Aborto Información Segura solicitando información sobre Misoprostol se incrementaron en 500%. La información recibida en los testimonios de quienes llaman a la Línea da cuenta de la realidad: personas que tuvieron abortos al interior de sus hogares, sin acompañamiento y sin posibilidad de atención médica, como también rodeadas de sus agresores. 

GUIÓN

ESC. 1: EXT. TELÉFONO PÚBLICO. UN LUGAR ALEJADO DEL CENTRO DE CHICLAYO. DÍA. 

Yamilé habla por un teléfono público mientras Chino está a su lado. Ruido de calle.

YAMILÉ: ¿Aló? ¿Aló? Sí, señorita, buenas tardes, sí, buenas tardes… Estoy llamando porque tengo un problema… Sí, lo que pasa es que me ha dejado de venir… Me ha dejado de venir la regla y vi en la calle el anuncio sobre atraso menstrual… Sí, exacto, exacto… Sí, más bien quería sacar una cita para que me vieran y… Claro, no hay problema… Uy no, esa hora no puedo, es que tengo clases… O sea son virtuales ahora pero igual no puedo faltar… No, no, en el colegio todavía pero ya este año acabo… Sí, sí, a las cuatro sí está bien… Sí, aquí en el aviso sale la dirección… No, no tengo celular… Pero, no se preocupe, ahí voy a estar a las cuatro… Yamilé… Sí, Yamilé. Sí, cuatro en punto. Muchas gracias. Ta’ luego. 

Yamilé cuelga.

CHINO: Si es a las cuatro, tenemos que salir como a las dos por lo menos.

YAMILÉ: ¿Y ya estarán saliendo micros para allá?

CHINO: Mi hermano ya está sacando su combi desde el viernes… Pero eso sí todos están con mascarilla adentro… 

YAMILÉ: ¿Y qué le voy a decir a mi mamá para salir?

CHINO: Dile que vas a ver a una amiga.

YAMILÉ: Oye tú crees que mi mamá es cojuda, ¿no? ¿No ves que en plena pandemia voy a ir a visitar a mis amigas?

CHINO: Entonces, ¿cómo vamos a hacer? porque mínimo vamos a estar volviendo a eso de las siete… Y eso…

YAMILÉ: ¡Ya sé! Le voy a decir que vamos a ir donde la seño Teresa pa’ ayudarla con sus compras porque vive sola y ya está bien mayor…

CHINO: ¿Y si tu mamá le pregunta después?

YAMILÉ: Qué le va a preguntar si mi mamá no sale ni a la puerta por el Covid…

CHINO: Bueno, entonces, apenas terminan las clases voy pa’ tu casa y vamos. 

YAMILÉ: Ya. Oye, Chino, me da miedo contagiarme del Covid en el micro. O sea, me da miedo por mí pero también por mi mamá. Si la contagio, la cago…

CHINO: Tranquila, no va a pasar nada. Vamos con nuestras mascarillas y nuestro protector.

YAMILÉ: Yo no tengo protector, Chino.

CHINO: Yo te hago uno con una botella ahora. Así me hice el mío.  

YAMILÉ: Ya pues. Chino, y tú tienes para el micro, ¿no? Porque yo no tengo ah…

CHINO: Sí, yo me encargo, no te preocupes. ¿Estás bien, Yamilé?

YAMILÉ: Sí, sí. Ya, mañana a la dos nos vemos. Me tengo que ir porque sino mi mamá me va a preguntar dónde he estado.

Se oye a Yamilé dándole un beso a Chino e irse corriendo.

YAMILÉ: (A LO LEJOS) ¡Mañana a las dos!

Un efecto de sonido. 

ESC. 2: EXT. CALLE DEL CONSULTORIO. DÍA.

Yamilé y Chino caminan por la calle buscando la dirección del consultorio. Ruido de calle. 

YAMILÉ: ¿Estás seguro que es por acá, Chino?

CHINO: Sí, según mi mapa es por acá. 

YAMILÉ: La señorita me dijo que era en un edificio con varias tiendas así… que no tenía letrero ni nada. 

CHINO: ¡Esta es! 359. ¡Sí, aquí es! Toca el 402. 

Un timbre suena.

OBSTETRA: (DESDE EL INTERCOMUNICADOR) ¿Yamilé?

YAMILÉ: Sí, soy yo.

OBSTETRA: Sube, por favor. Cuarto piso.

Suena un botón que abre una puerta. Yamilé y Chino entran. Se oye el sonido de la puerta al cerrarse. 

ESC. 3: INT. SALIDA DEL ASCENSOR. DÍA.

Sonido del ascensor que llega al cuarto piso. Se abren las puertas y salen Yamilé y Chino. Se cierran las puertas. Yamilé y Chino dan unos pasos hacia la oficina 402 y tocan la puerta. Yolanda abre la puerta.

YOLANDA: Hola Yamilé, qué gusto, pasa, por favor, pasando la primera puerta a la derecha, ahí me esperan un ratito que justo estoy terminando con una llamadita. 

CHINO: Ya, seño, gracias. 

Yolanda cierra la puerta. Se oyen los pasos de Yamilé y Chino caminando hacia el interior del consultorio y una vez ahí se sientan. 

YAMILÉ: (EN VOZ BAJA) Mira esa virgen, Chino.

CHINO: Sí, ya la vi. Qué loco, ¿no? 

YAMILÉ: Qué rara esa huevada.

Entra Yolanda.

YOLANDA: Ya está. Perdón que justo me entró una llamadita de una paciente pero, en fin, ya está. Cuéntame, Yamilé, ¿en qué te podemos ayudar?

YAMILÉ: Sí… lo que pasa es que como le decía por teléfono he tenido un atraso, no me viene la regla ya hace varios meses y la cosa es que no puedo tenerlo, en mi casa no tenemos plata…  

YOLANDA: ¿Qué edad tienes, Yamilé?

YAMILÉ: Dieciséis.

YOLANDA: Uy, jovencita… Entiendo. Mira, Yamilé, aquí estamos para ayudarte. Comprendo la situación y seguramente no hay otra alternativa…

YAMILÉ: Sí…

YOLANDA: Pero también es importante que sepas que esto está mal. Esto no es normal, no está bien. Lo vamos a hacer por las circunstancias y todo, pero es importante que sepas que esto no está bien…

YAMILÉ: Sí… entiendo…

YOLANDA: Tienen que cuidarse, aquí hay una vida de por medio y no se puede estar jugando así con la vida de un bebé. Dios castiga esas cosas…

YAMILÉ: ¿Dios?

YOLANDA: ¿Cuántos meses tienes?

CHINO: No sabemos.

YAMILÉ: No, sí. Como unos cuatro meses.

YOLANDA: ¿Cuatro meses?

YAMILÉ: ¿Es mucho?

YOLANDA: Uy si, Yamilé. Ya a los cuatro meses no podemos hacer nada nosotros. Ya es prácticamente una criatura, ya está grande. ¿Por qué no has venido antes?

YAMILÉ: Es que estábamos juntando la plata. Me tienen que ayudar, por favor.

YOLANDA: Es bien difícil ya con tantos meses, Yamilé. 

CHINO: ¿No se puede hacer nada? 

YOLANDA: Miren, vamos a tener que evaluarlo aquí internamente. Nosotros no hacemos estos procedimientos ya estando tan avanzado el embarazo. Hay que ver si es que se puede hacer una excepción. Pero eso sí, de todos modos va a costar un poco más…

YAMILÉ: ¿Más? ¿Cuánto más?

YOLANDA: Aproximadamente unos quinientos soles. 

YAMILÉ: ¿Quinientos soles?

YOLANDA: Es que el procedimiento a esa edad ya es más complicado… Y como te digo, es una excepción porque la verdad es que ya es una criatura… Si lo hacemos, lo hacemos verdaderamente por ayudar…

CHINO: ¿Y ahora de dónde vamos a sacar los doscientos que faltan?

YAMILÉ: Ta mare… Necesitamos conseguir el dinero primero antes de sacar la cita, entonces. Le avisamos.

CHINO: No. Saca la cita de una vez. Yo voy a conseguir la plata. 

YAMILÉ: ¿Y de dónde vas a sacar la plata tú, Chino?

CHINO: No importa. Yo la voy a conseguir. Voy a hablar con mi primo. Es mi culpa. 

YAMILÉ: No, no es tu culpa. Ya te he dicho que yo conté bien los días. No sé qué pasó.

YOLANDA: Miren, mejor resuelvan esto con calma y me vuelven a llamar para sacar la cita. 

CHINO: No, está bien, hagan la cita de una vez. Yo voy a conseguir la plata, ya no podemos esperar. 

YAMILÉ: ¿Estás seguro, Chino?

CHINO: Sí, seguro. ¿Cuándo puede ser?

YOLANDA: Puede ser el jueves como a esta hora. 

YAMILÉ: ¿Cuánto demora?

YOLANDA: Máximo dos horas.

Un efecto de sonido. 

ESC. 4: DÍA. CASA DE YAMILÉ. INT. 

Yamilé abre la puerta de su casa. Chino la saluda con un beso.

CHINO: ¿Ya estás?

Yamilé cierra la puerta. 

YAMILÉ: Sí. Solo me falta cerrar mi mochila. Estoy llevando algunas cosas por si acaso. 

CHINO: Ah, está bien… yo aquí tengo tu protector… ¿Vamos ya?

YAMILÉ: Sí, sí. Vamos de una vez.

Yamilé abre la puerta y la cierra de inmediato.

YAMILÉ: (CONT.) No. No quiero hacerlo, Chino.

CHINO: ¿Qué?

YAMILÉ: (ROMPE EN LLANTO) ¡No quiero, Chino! ¡Estoy matando a un bebé! La señora nos dijo que ya está grande y tiene forma y todo. No quiero, Chino, no quiero. 

CHINO: ¿Qué estás diciendo? ¿Estás segura, Yamilé?

Entra la señora Clelia, mamá de Yamilé.

CLELIA: Oye, ¿no te ibas a ir dónde la Teresa otra vez? ¿Qué pasa? ¿Estás llorando, Yamilé? ¿Qué le has hecho, Chino?

CHINO: No le he hecho nada, seño, le juro. Lo que pasa es que…

YAMILÉ: ¡Estoy embarazada, mamá!

Yamilé corre a abrazar a su mamá.

CLELIA: ¿Cómo? ¿Embarazada? Tranquila, Yamilé.  No llores, mami. 

YAMILÉ: Es que no lo quiero tener, mamá. ¿De qué va a vivir ese bebé? ¿De qué vamos a vivir nosotros si con las justas nos alcanza?

CLELIA: Tranquilízate. Ven, siéntate acá un ratito. Cálmate primero porque no has hecho ni vas a hacer nada malo. Esta es tu decisión, hija. Si no lo quieres tener, a mí me parece bien. Si me preguntas a mí, yo también creo que es lo mejor, la verdad. 

YAMILÉ: Pero estoy matando a un niño, mamá. Dios me va a castigar.

CLELIA: ¿Y con qué va a comer ese bebé? ¿Dios me va a dar la plata para comprarle las lentejas? Porque tú sabes que a mí no me alcanza con lo que vendo, Yamilé.

YAMILÉ: Pero está mal, mamá. ¿No está mal acaso?

CLELIA: Qué mal ni que ocho cuartos, mami. Mal está que ustedes no tengan plata para comprar un condón y que el Estado ni siquiera se encargue de repartirlos. Mal está que no les enseñen sobre estas cosas en el colegio. Cuántas hemos tenido que pasar por lo mismo.

YAMILÉ: (SORPRENDIDA) ¿Tú lo has hecho, mamá?

CLELIA: Pero claro. No solo yo, tu abuela también. ¿O tú crees que en mi casa había plata para comprar condones o pastillas? 

YAMILÉ: ¿Mi mamama también?

CLELIA: Y tu bisabuela también. Así es que sácate esas tonterías de la cabeza y deja de sentirte mal. Si no quieres tenerlo, no lo tengas. Yo misma te voy a acompañar a que te hagan el procedimiento. 

CHINO: Justo tenemos una cita en un consultorio ahora.

CLELIA: Vamos a esperar que se tranquilice la Yamilé primero, Chino. Además, yo conozco un lugar de confianza. 

Un efecto de sonido.

ESC 5: INT. CASA DE YAMILÉ. DÍA.

Clelia sirve la comida.

CLELIA: Yamilé, ya está tu comida.

YAMILÉ: ¡Ahí voy, ma’!

Entra Yamilé.

YAMILÉ: Ma’, gracias por acompañarme. 

CLELIA: Ya deja de agradecerme, oye. Soy tu mamá, pa’ eso estoy ¿no?

YAMILÉ: Y perdón por haberte mentido.

CLELIA: Si ya decía yo… ¿La Yamilé yendo a ayudar a la Teresa? 

YAMILÉ: Ay, ma’, pero la seño Teresa necesita ayuda de verdad… 

CLELIA: Si pues, hija, pero si tú a la escoba le tienes miedo, qué vas a ir a ayudarla…

YAMILÉ: Ay, mamá, cómo hablas…

CLELIA: Uy, ¡cuidao’! ¡cuidao’! ahí atrás hay un trapo… no te vaya a morder…

YAMILÉ: (MOLESTA) Ay, mamá…

Ambas ríen.

FIN

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